Como psicóloga clínica especializada en el desarrollo de adolescentes, he atendido varios casos de chavales con problemas de ansiedad. En un mundo que cambia de forma vertiginosa, nuestros adolescentes enfrentan desafíos únicos que pueden afectar su bienestar emocional. Con el aumento de la ansiedad entre los jóvenes, es esencial comprender de qué va este trastorno, por qué afecta a esta población y cuáles son los síntomas que debemos tener en cuenta.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es más que simplemente sentirse nervioso o preocupado ocasionalmente. Esta consiste en un sentimiento de miedo, temor e inquietud que puede manifestarse físicamente a través de síntomas como sudoración, intranquilidad, tensión y palpitaciones.
Aunque la ansiedad puede ser una reacción normal al estrés, para aquellos con trastornos de ansiedad, el miedo no es pasajero y puede volverse abrumador. Los trastornos de ansiedad son condiciones en las que la ansiedad persiste y puede intensificarse con el tiempo, interfiriendo en las actividades diarias y las relaciones interpersonales.
Causas de los problemas de ansiedad en los adolescentes
En los últimos tiempos, hemos observado un aumento significativo en los problemas de ansiedad en adolescentes. Aunque la pandemia del Covid-19 contribuyó a este incremento, los factores subyacentes son diversos y complejos. Entre otros, los expertos señalan la presión creciente por el éxito académico, un mundo percibido como más aterrador y el impacto negativo de las redes sociales en la autoestima. A diferencia de los niños más pequeños, los adolescentes, tienden a preocuparse más por sí mismos a menudo manifestando sus temores a través del perfeccionismo. Por otro lado, les inquieta el miedo al fracaso escolar, la preocupación por la opinión de los demás y la ansiedad relacionada con los cambios corporales durante la pubertad.
Algunos adolescentes han enfrentado la ansiedad desde una edad temprana, mientras que otros experimentan su primera aparición durante la adolescencia. Al respecto, la ansiedad social y los ataques de pánico son dos formas comunes de ansiedad que suelen emerger en esta etapa crucial del desarrollo.
Problemas de ansiedad en adolescentes y la identificación de los síntomas
Identificar la ansiedad en los adolescentes puede ser desafiante, ya que estos son expertos en ocultar sus pensamientos y sentimientos. Sin embargo, hay señales que los padres deben tener en cuenta. Los adolescentes ansiosos pueden mostrar irritabilidad, problemas de concentración, autoconciencia extrema, aislamiento social, evitación de situaciones desafiantes, quejas crónicas de dolores de estómago o cabeza. Asimismo, las calificaciones académicas disminuyen, hay una búsqueda constante de consuelo, problemas de sueño y, en casos más graves, el consumo de drogas o alcohol.
Antes de abordar los problemas de ansiedad, es indispensable que los padres sean conscientes de las situaciones específicas que generan malestar en sus hijos adolescentes. Además, deben comprender los síntomas de ansiedad, ya sean cognitivos (preocupaciones, pensamientos negativos), conductuales (escape, evitación) o somáticos (malestar gástrico, mareos, temblores, etc.). Este conocimiento proporciona una base sólida para el apoyo efectivo.
En este sentido, fomentar la comunicación abierta y fluida con los adolescentes es clave. Permitirles expresar sus preocupaciones y sentimientos sin juicio, estar disponibles cuando lo necesiten y respetar sus emociones son componentes esenciales de este proceso. Es relevante recordar que la ansiedad a menudo está acompañada de vergüenza, por lo que validar y legitimar los sentimientos de los adolescentes se convierte en un recurso fundamental.
Cómo actuar cuando percibimos problemas de ansiedad en nuestros hijos
Existen estrategias efectivas para brindar el apoyo necesario a tus hijos adolescentes que experimentan ansiedad:
- Enseñar estrategias de afrontamiento. En efecto, el propósito no es eliminar la ansiedad por completo, sino ayudar a los adolescentes a aprender a controlarla. Para ello han de enfrentarse a las situaciones temidas de manera progresiva.
- Fomentar la tolerancia a la ansiedad. Ayudar a los adolescentes a tolerar la ansiedad es esencial para su desarrollo emocional. Aprender a enfrentar situaciones desafiantes, en lugar de evitarlas, contribuye a controlar los problemas de ansiedad.
- Modelar conductas positivas. Ciertamente, los adolescentes aprenden observando a quienes los rodean. Actuar como modelos de conducta y afrontamiento saludable frente al estrés y la ansiedad proporciona un ejemplo valioso. Es importante demostrar que es normal experimentar cierta tensión y, al mismo tiempo, saber gestionarla.
- Trabajar los pensamientos disfuncionales. Por otra parte, identificar y abordar pensamientos negativos o catastrofistas es crítico. Cambiar estos patrones de pensamiento por enfoques más realistas y funcionales ayuda a reducir la ansiedad asociada a situaciones específicas. En parte, se trata de sustituir frases comunes como: “No soy bueno/a en esto, la voy a liar, se burlarán de mí”, por otras más positivas: “Lo haré lo mejor que pueda” nadie me juzgará».
- Reforzar la autoestima. Desde luego, una sólida autoestima es decisiva para enfrentar la ansiedad. La familia desempeña un papel vital al reconocer y reforzar los logros de sus hijos adolescentes y ayudándoles a construir una imagen positiva de sí mismos.
- Pactar previamente las situaciones temidas. Antes de enfrentarse a una situación temida, es importante pactar con el adolescente. Darle tiempo para implementar las estrategias aprendidas y permitirle decidir cuándo está listo para afrontarlo proporciona un sentido de control y autonomía.
- Revisar el uso del móvil y RRSS. el uso del móvil y sobre todo las RRSS están detrás de la ansiedad en los adolescentes en la actualidad. Promover una vida libre de pantallas la mayor parte del tiempo de ocio es necesario.
Otras prácticas necesarias
- Promover la resiliencia. Esto implica ayudar a los adolescentes a desarrollar la capacidad de recuperarse de los desafíos y situaciones negativas. A propósito, establecer metas realistas, aprender de las experiencias y cultivar una mentalidad positiva contribuyen a fortalecer la resiliencia emocional.
- Participación en actividades positivas. Incentivar la participación en actividades que les brinden alegría y satisfacción puede ser un antídoto efectivo contra la ansiedad. Esto no solo ofrece distracción, sino que también contribuye a construir un sentido de bienestar general.
- No poner la mirada solo en las notas. Aunque no sean las que nos gustarían a nosotros, es donde mas presión sienten por parte de la familia.
Algunas consideraciones finales
Por último, recordemos siempre la importancia de la empatía, la paciencia y la comprensión en este proceso. Cada adolescente es único, y el viaje para superar los problemas de ansiedad puede ser diferente para cada uno. Con un enfoque integrador y solidario, podemos contribuir al bienestar emocional de nuestros hijos e hijas.
Aun así, cuando el malestar de un adolescente es excesivo y afecta su funcionamiento en la escuela u otros aspectos de su vida, es recomendable buscar la ayuda de un especialista. Los profesionales en psicología pueden ofrecer evaluaciones más detalladas y estrategias personalizadas para abordar la ansiedad de manera efectiva. ¡Y en eso, puedo ayudarte!
Soy Merche Cimas, psicóloga con más de 15 años de experiencia en el tratamiento de adolescentes. Trabajo bajo los esquemas de terapia cognitiva conductual y terapia breve estratégica infanto-juvenil. Por eso, los tratamientos que ofrezco a mis pacientes no superan las seis sesiones y sus resultados son garantizados. No importa si tu hijo/a no quiere venir a la consulta, porque aplico la terapia indirecta. De esta manera, como padre o madre y junto a la familia, actúas como co-terapeuta.
Te sorprenderá cómo tu hijo/a superará en poco tiempo trastornos alimentarios, ira descontrolada, problemas de ansiedad, depresión, autoestima, bullying en el colegio, identidad de género y adicción a la tecnología, alcohol y/o drogas. Contáctame para consultas presenciales en Palma de Mallorca o por videollamada desde cualquier parte. Por si fuera poco, también imparto talleres para familias, profesionales y alumnos.