En realidad, TDA y TDAH son siglas que sirven para abreviar una misma condición neuropsiquiátrica cuya denominación ha evolucionado de Trastorno por Déficit de Atención a Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Como veremos, las diferencias están en las variaciones de un mismo trastorno. ¡Atención con esto! Estamos hablando de un trastorno, no de una enfermedad. Un trastorno es un conjunto de síntomas clínicos sin causa fisiológica conocida y que, presuntamente tienen relación. Con esto queremos decir que si no hay deterioro que afecta a la vida diaria, es solo eso un conjunto de síntomas, nada más.
No obstante, este trastorno suele tener un impacto significativo en el funcionamiento académico, social y emocional de las personas afectadas. Sobre todo de los niños y adolescentes. En este sentido, es importante conocer la definición, características y diferencias entre las variaciones de esta condición. El propósito es que las familias y las escuelas tengan una mayor conciencia sobre el TDAH y puedan ayudar a quienes lo padecen.
TDA y TDAH, dos denominaciones para una misma condición
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) consiste en la presencia de dificultades persistentes en la atención, la concentración, así como de una impulsividad e hiperactividad motora excesivas. En resumen, las personas con TDAH pueden tener dificultades para mantener la concentración en actividades, seguir instrucciones, organizar actividades y completar tareas de manera sistemática. Hablan en exceso, interrumpen a los demás y no tienen paciencia para esperar su turno. La hiperactividad y la impulsividad pueden manifestarse tanto en entornos académicos como en situaciones sociales.
Como dijimos, el Trastorno por Déficit de Atención o TDA es un término más antiguo utilizado para denominar al trastorno conocido actualmente como TDAH. Las siglas TDA estuvieron vigentes hasta 1987, cuando la palabra “hiperactividad” fue añadida para comprender más ampliamente la complejidad del trastorno. De allí que los acrónimos TDA y TDAH estén familiarizados. Algunas fuentes todavía utilizan el término antiguo, TDA, por costumbre o porque es un término más simple que el de TDAH. Incluso es utilizado para referirse a los niños y adolescentes con TDAH que no presentan hiperactividad.
Cabe destacar que el TDAH tiene tres variantes:
- El que solo presenta síntomas de inatención y se denomina por comodidad TDA.
- Al que se añade hiperactividad o síntomas impulsivos.
- El que presenta ambos conjuntos sintomáticos.
TDA y TDAH: características comunes
En concreto, TDA y TDAH comparten características comunes, siendo las más evidentes:
- Déficit de atención. Básicamente, la característica esencial del trastorno es la dificultad para mantener la atención en tareas o actividades específicas. En una u otra modalidad, los niños y adolescentes con TDAH pueden distraerse fácilmente y tener dificultades para concentrarse en una sola tarea. O bien, pueden tener una atención fragmentada y saltar rápidamente de una actividad a otra. A menudo, pueden parecer distraídos y no tener disposición para prestar atención a los detalles.
- Hiperactividad e impulsividad. Las personas con TDAH pueden mostrar una actividad motora excesiva, como inquietud constante o movimientos repetitivos. También, es común que les resulte difícil controlar sus impulsos, lo que puede manifestarse en interrupciones frecuentes o en falta de paciencia para esperar su turno.
- Poca capacidad para la organización y la planificación. En todos los casos, los síntomas de TDAH pueden afectar la capacidad de organización y planificación. En general, para las personas con estas condiciones es muy complejo mantener el orden, seguir una rutina o establecer prioridades. Igualmente, les resulta difícil completar tareas en un tiempo adecuado y pueden parecer desorganizadas en su vida diaria.
TDA y TDAH, la diferencia está en las variantes
Si bien, TDA y TDAH son lo mismo, sus variantes sintomáticas presentan características propias. A los efectos, mantendremos la distinción común solo para conocer las diferencias entre los dos tipos básicos de síntomas del TDAH.
Por un lado, los comportamientos inatentos de los niños o adolescentes con TDAH suelen ser:
- Cometer errores por descuido.
- Facilidad para distraerse.
- Apariencia de no estar escuchando cuando les hablamos directamente.
- Dificultad para seguir instrucciones.
- Incapacidad para organizarse.
- Evitar y rechazar actividades que exigen un esfuerzo continuo.
- Pérdida de cosas con mucha frecuencia.
Mientras que los síntomas de hiperactividad e impulsividad del TDAH son:
- Juguetear con cosas o moverse de un lado a otro.
- Correr y trepar en exceso.
- Problemas para jugar con tranquilidad.
- Impaciencia extrema.
- Demostrar estar siempre imparable o como “impulsado por un motor”.
- Hablar o interrumpir excesivamente. Al igual que responder de manera abrupta.
Ocasionalmente, algunos niños y adolescentes muestran únicamente el grupo de síntomas de la primera variedad y otros tantos solo los de la segunda. Pero, normalmente, la mayoría de los peques y adolescentes con diagnóstico de TDAH presentan una combinación de las dos. Sin duda, esto dificulta aún más su desempeño en el colegio y en otras actividades y genera, además, muchos conflictos en el hogar. Teniendo en cuenta lo anterior, es crítico realizar una evaluación clínica completa para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
Lo importante es conocer el problema, no etiquetar a quien lo padece
Conocer estos detalles sobre TDA y TDAH permite a las familias y a las instituciones educativas prestar el apoyo necesario a los niños y adolescentes diagnosticados con este trastorno. Por ejemplo, algunas escuelas abren protocolos para integrar en su dinámica a los alumnos con TDAH y prevenir la discriminación y el aislamiento social. En otras circunstancias, el diagnóstico solo genera una etiqueta que genera todo lo contrario en el entorno. Es decir, discriminación y rechazo.
Afortunadamente, los síntomas de esta condición van disminuyendo con el crecimiento. Se estima que un tercio de los niños diagnosticados ya no cumplen el perfil al llegar a la adultez temprana. Los casos en los que el TDAH persiste en la edad adulta son aquellos cuyos síntomas son muy severos durante la niñez y que tienen comorbilidad con trastornos ansiedad y depresión. Existen suficientes estudios que demuestran la efectividad de un enfoque combinado de medicación y terapia cognitivo-conductual para tratar este trastorno. ¡Pero el diagnóstico debe ser fiable!
Mi especialidad es la Terapia Breve Estratégica para niños y adolescentes
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