En la mayoría de los casos, la relación entre hermanos es una de las más duraderas y significativas que cualquier persona pueda tener. A lo largo de los años, desde las disputas infantiles por juguetes hasta las rivalidades más complejas en la adolescencia, las peleas entre hermanos son una parte inevitable de esta relación. Sin embargo, es esencial comprender por qué se producen estos conflictos, cuándo es el momento adecuado para intervenir y cómo hacerlo adecuadamente.
Como psicóloga clínica especializada en adolescentes, comparto contigo algunas estrategias efectivas para promover una convivencia más armoniosa entre tus hijos.
¿Por qué ocurren las peleas entre hermanos?
Es comprensible que tus hijos te pongan hasta el gorro cada vez que discuten. Pero, debes entender las peleas entre hermanos como situaciones naturales, comunes y hasta cierto punto sanas, como veremos. Diversos factores subyacentes contribuyen a estos conflictos, y saber realmente de qué van puede ser el primer paso para abordarlos de manera efectiva.
En primer lugar, podemos identificar como una de las principales causas de las peleas entre hermanos la competencia por la atención y el afecto de sus padres. Con frecuencia, los niños demandan la validación y aprobación parental de manera insistente. Al notar que compiten con sus hermanos por el interés y el cariño de los padres, es natural que emerja una rivalidad.
Asimismo, las diferencias de personalidad y temperamento también juegan un rol crítico. Por ejemplo, lo que es de gran importancia para uno de ellos, para el otro puede resultar insignificante. Este motivo puede causar desacuerdos y malentendidos. Otro tanto ocurre cuando los recursos como juguetes, ropa y espacio son limitados y su reparto no es equitativo. Esta situación puede convertirse en un campo de batalla donde se pretende definir quién tiene más derecho que el otro a disfrutar de ciertas cosas.
¿Cuándo debes intervenir en las peleas entre hermanos?
Fomentar un ambiente saludable en el hogar debe ser el principal objetivo al intervenir en las peleas entre hermanos. Por esta razón, es fundamental saber cuándo actuar. De hecho, no existe una respuesta única para todas las discusiones. Así que, antes de tomar medidas es indispensable tener en cuenta varios aspectos.
En principio, diferenciar entre peleas normales y conflictos más serios es esencial. Un rifirrafe por diferencias menores puede convertirse en una oportunidad para que los chavales aprendan a resolver enfrentamientos y mejoren sus habilidades de socialización. Por el contrario, si las peleas son constantes, intensas o físicas, es indicativo de que debes intervenir.
Por otro lado, la edad y la madurez de los niños también son factores determinantes a considerar. Los más pequeños pueden requerir más orientación y supervisión, mientras que los adolescentes pueden disponer de una mayor autonomía para arreglar sus conflictos.
Casos específicos donde intervenir es crítico
- Violencia constante. Desde luego, si los niños o adolescentes recurren a la violencia física o verbal de manera frecuente, es indispensable intervenir para detener estos comportamientos perjudiciales. En este caso, la idea es enseñarles que hay formas de comunicación más constructivas y convenientes.
- Desequilibrio de poder. Observa si uno de tus hijos es más dominante y pretende imponerse al otro. De ser así, es inaplazable intervenir para lograr un balance justo y evitar a largo plazo problemas como el resentimiento y rupturas de la comunicación.
- Deterioro de la propia valoración personal. En algún momento, las peleas frecuentes pueden afectar la valoración y respeto a sí mismo de uno de los hermanos. Actuar en estos casos puede prevenir problemas de angustia y depresión en la adolescencia. Así como también, puedes evitarles cicatrices emocionales permanentes causadas por tratos crueles e insultos.
- No tienen capacidad de resolver sus conflictos. Por supuesto, si tus niños o adolescentes no son capaces de solucionar sus problemas por sí mismos y siempre te buscan para mediar en las disputas, es pertinente ofrecerles la orientación necesaria para aprender a resolverlas de forma independiente. Probablemente, necesitarás la ayuda de un psicólogo para este propósito.
Peleas entre hermanos: claves para actuar y educar desde el respeto
Ahora sí, como lo prometí, compartiré contigo algunas claves prácticas para gestionar las peleas entre hermanos que ayudarán a resolver tales conflictos. Por igual, estas estrategias te ayudarán a fomentar la educación desde el respeto, cultivando valores esenciales en la vida de tus chavales.
Actúa con calma
Para empezar, mi consejo esencial al enfrentar las peleas entre hermanos es mantener la calma. Por muy en alerta que te ponga la situación, conservar la serenidad te permitirá abordarla desde la mejor perspectiva y con una mente clara. ¡Lo sé! Practicar la calma no siempre es sencillo, pero es una habilidad valiosa que puedes desarrollar con el tiempo.
Cuando actuamos desde la calma, evitamos exacerbar la situación y contribuimos a un ambiente más propicio para la resolución pacífica de conflictos. Este enfoque también establece un ejemplo valioso para tus hijos sobre la importancia de manejar las emociones de manera constructiva.
Sé imparcial y tendrás más autoridad para resolver peleas entre hermanos
Ciertamente, la parcialidad de los padres en las disputas entre hermanos ha sido una práctica común, pero es hora de romper con ese patrón. Evita convertirte en juez y parte, tomando partido y dictando sentencias. Al centrarte en el problema y buscar soluciones en lugar de señalar culpables, fomentas un ambiente de imparcialidad y respeto.
Es crucial evitar los juicios personales y las comparaciones entre hermanos. Cada uno es único, con sus propias cualidades y circunstancias. No recurrir a comparaciones y etiquetas es esencial para que comprendan que su valía no se mide en relación con la del otro. Este enfoque contribuye a reducir el resentimiento y promover una relación más saludable entre hermanos.
Promueve la comunicación abierta invitándolos a exponer sus argumentos
Al respecto, aplicar esta estrategia dependerá de la edad de los chavales, pero el propósito es animarlos a exponer sus argumentos. Reúne a ambos y pregúntale a cada uno, frente al otro, cuál es el motivo de la disputa y qué los llevó a reaccionar de cierta manera. Esta es una forma efectiva de fomentar la comunicación abierta. Pero debe llevarse a cabo con respeto y calma, permitiendo que cada uno tenga la oportunidad de expresarse.
Estimula la escucha activa
En efecto, la escucha activa es un pilar fundamental en la resolución de conflictos entre hermanos. Al fomentar que cada uno escuche al otro mientras expone su punto de vista, se establece un ambiente de respeto mutuo. Este ejercicio no solo ayuda a comprender las perspectivas opuestas, sino que también sienta las bases para la reconciliación y la cooperación.
Anímales a hablar de sus sentimientos
Para cultivar la empatía entre hermanos, es esencial que no solo se escuchen, sino que también hablen abiertamente sobre cómo se han sentido. Este paso contribuye a que cada uno comprenda las consecuencias de sus acciones y promueve una mayor comprensión mutua.
La expresión de emociones proporciona a los hermanos la oportunidad de reflexionar sobre su comportamiento y entender el impacto de sus acciones en el otro. La empatía es una herramienta clave para prevenir futuras peleas y fortalecer el vínculo entre hermanos.
Enseñarles a negociar y a lograr acuerdos evita peleas entre hermanos
Muchas peleas entre hermanos no tienen una relevancia sustancial y se basan en la necesidad de afirmarse o lograr atención. Aun así, cuando la disputa es significativa para ambos, enseñarles a negociar es crítico. Convencerles de que un buen acuerdo win-win es aquel en el que ambas partes se sienten beneficiadas es una lección valiosa para la vida.
Además, podemos ayudarles a cambiar el enfoque cuando sus objetivos son compatibles. Establecer límites claros y mostrar disponibilidad para intervenir cuando el conflicto está a punto de ir a mayores son estrategias efectivas para enseñarles a negociar de manera constructiva.
Que hablen sobre lo que les molesta y de lo que les gusta
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante que cada uno exprese lo que le disgusta del otro de modo respetuoso y constructivo. Brindarles un espacio seguro para expresar sus frustraciones y que el otro las tenga en cuenta contribuye a prevenir futuros malentendidos y conflictos. La comunicación abierta sobre lo que les afecta mutuamente es esencial para construir relaciones sólidas y duraderas.
Del mismo modo, también es útil que cada quien diga lo que le gusta de la otra persona. Este ejercicio fomenta el vínculo entre hermanos y promueve el respeto y la empatía. Al expresar lo positivo que encuentran en el otro, logran una conexión y pueden construir un ambiente propicio para el entendimiento mutuo y la colaboración.
¿Necesitas ayuda para resolver peleas entre hermanos?
Puede ser que en algún momento sientas que no tienes suficientes herramientas y argumentos para aplacar los conflictos entre tus hijos menores. ¡No te sientas culpable! Es probable que por tu crianza y las situaciones que viviste no hayas entendido sino hasta ahora enfoques como la inteligencia emocional y la empatía para resolver estas situaciones.
¡Tranquilo/a! Yo puedo ayudarte. Soy Merche Cimas, psicóloga clínica especializada en terapia para niños y adolescentes. En pocas sesiones, puedo proporcionar a ti y a tus chavales una orientación efectiva para dirimir cualquier desavenencia sin gritos ni puñetazos.
Es más, no importa si tus hijos no quieren venir a la consulta, porque podemos trabajar con la terapia indirecta para adolescentes. Mediante esta, tú y otros miembros de la familia podéis actuar como co-terapeutas. ¡Vas a alucinar con los resultados! ¡Te lo garantizo!
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