En la actualidad, los adolescentes se enfrentan a una serie de desafíos y presiones que pueden afectar significativamente su bienestar emocional. Uno de los comportamientos preocupantes que los padres pueden encontrar en sus hijos adolescentes es la autolesión. Las autolesiones en adolescentes, también conocidas como síndrome de cutting, son un tema delicado pero crítico que requiere comprensión y apoyo por parte de los padres y cuidadores.
El impacto del COVID-19 y las medidas de confinamiento llevaron al límite las tensiones y desafíos a los que se enfrentan los adolescentes al día de hoy. En consecuencia, la ansiedad, la soledad y el estrés resultantes de la pandemia impulsaron un aumento en los casos de autolesiones entre esta población. Como psicóloga clínica especialista en adolescentes, quiero ofreceros orientación sobre este tema delicado para que, como padres, podáis comprenderlo mejor y ayudar a vuestros hijos e hijas si han caído en este comportamiento.
¿Qué son las autolesiones en adolescentes?
En concreto, las autolesiones en adolescentes son actos deliberados y autodirigidos que implican dañar el propio cuerpo, generalmente sin la intención de quitarse la vida. Estos comportamientos pueden manifestarse de diversas formas, como cortarse, hacer marcas en la piel, quemarse, mutilarse o golpearse. Ciertamente, las autolesiones están estrechamente relacionadas con problemas emocionales y psicológicos, y a menudo se utilizan como una manera inadecuada de afrontar un dolor emocional.
Como dije, en la mayoría de los casos, las autolesiones no son un intento de suicidio. Sin embargo, esto no significa que no haya pensamientos o ideas suicidas, por lo que siempre es indispensable prestar atención a esta conducta. Las autolesiones son una forma de lidiar con el dolor emocional, aunque sea temporalmente. Por eso, es preciso abordarlas de manera compasiva y sin juicio para comprender las razones subyacentes.
¿Por qué se autolesionan los adolescentes?
Los adolescentes pueden recurrir a las autolesiones por diversas razones, pero la mayoría lo hace como una forma de lidiar con emociones abrumadoras e incontrolables. Muchos las perciben como una estrategia para recuperar una sensación de control sobre sus sentimientos. Pero, aunque las autolesiones en adolescentes pueden proporcionar un alivio momentáneo, con frecuencia están acompañadas de sentimientos de culpa y vergüenza, lo que puede empeorar el malestar emocional.
En otras palabras, estas conductas autolesivas suelen ser una respuesta a una regulación emocional deficiente. Los adolescentes pueden carecer de las habilidades necesarias para afrontar y expresar sus emociones de manera adecuada. Su malestar puede tener múltiples causas, como el rechazo en el entorno escolar, la pérdida de relaciones significativas, la presión social o incluso experiencias traumáticas que no han compartido con nadie.
En algunos casos, los adolescentes pueden tener dificultades para identificar la fuente de su malestar, lo que hace que sea aún más difícil expresar lo que les sucede. La autolesión proporciona una salida tangible para ese dolor, convirtiéndolo en algo físico y controlable, lo que a su vez brinda un alivio temporal.
¿Qué producen las autolesiones en adolescentes?
A propósito, la sensación de alivio que experimentan los adolescentes después de las autolesiones se debe a la liberación de endorfinas. Como sabéis, estas son las hormonas del placer, que se activan tanto durante un esfuerzo físico intenso como durante la lesión autoinfligida. El cerebro procesa de manera similar el dolor y el placer, lo que explica por qué algunas personas pueden volverse adictas a las autolesiones.
No obstante, este patrón de recompensa puede llevar a que la autolesión se convierta en un hábito difícil de detener. El cerebro asocia la sensación de alivio temporal con el acto de autolesionarse, lo que lleva al adolescente a repetir esta conducta como una forma de hacer frente a sus emociones dolorosas. Entonces, las autolesiones en adolescentes pueden convertirse en un ciclo destructivo que requiere atención y apoyo para detenerlo.
¿Cómo y dónde se autolesionan los adolescentes?
Las autolesiones en adolescentes pueden manifestarse en diversas formas y lugares. Al respecto, es importante comprender cómo y dónde se autolesionan para poder identificar las señales de alerta. Los adolescentes que se hieren a sí mismos normalmente eligen áreas del cuerpo que pueden ocultar fácilmente. Esto aumenta la dificultad de detectar las conductas que nos ocupan. A continuación, explicaré algunas de las formas más comunes de autolesión:
- Cortes: En primer lugar, los cortes son una de las formas más comunes de autolesión. Los adolescentes pueden usar objetos afilados como cuchillos, cutters, hilos, agujas o cuchillas de afeitar para realizar cortes en áreas como los antebrazos, los muslos o el abdomen.
- Rozaduras y quemaduras: En efecto, algunos adolescentes optan por hacerse rozaduras o quemaduras en la piel utilizando elementos como fuego, mecheros calientes, cigarrillos encendidos o cerillas. Estas heridas suelen ser profundas y dolorosas.
- Golpes y puñetazos: Aunque os parezca sorprendente, hay adolescentes que recurren a golpearse a sí mismos, ya sea dándose puñetazos en el cuerpo hasta que sangran los nudillos. Golpean su pecho o cabeza, e incluso piden a otros que les causen daño físico.
- Tricotilomanía: La tricotilomanía es un impulso por arrancarse el cabello, que puede afectar al cuero cabelludo, las cejas, el bigote, la barba, la nariz u otras partes del cuerpo. En algunos casos, esta conducta puede evolucionar de un hábito a una adicción y está relacionada con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
- Dermatilomanía: La dermatilomanía se refiere a la conducta de reabrir heridas previas, como quitarse costras o piel nueva, o retirarse puntos o tiritas. Esta acción puede prolongar la cicatrización y aumentar el riesgo de infecciones.
¿Cómo podéis detectar si vuestro/a hijo o hija se autolesiona?
Detectar las autolesiones en adolescentes puede ser un desafío, ya que suelen ocultar cuidadosamente las evidencias. Sin embargo, existen señales de alerta que podéis observar para identificar si vuestro/a hijo o hija se autolesiona. Algunas de estas señales incluyen:
- Heridas inexplicables: Encontrar heridas, quemaduras o golpes inexplicables en el cuerpo.
- Manchas de sangre: Notar manchas de sangre en la ropa o en su cama.
- Ropa de manga larga: Observad si vuestro/a hijo o hija siempre usa ropa de manga larga, incluso en verano, para ocultar las lesiones.
- Aislamiento social: Observad si vuestro adolescente evita situaciones sociales para no sentir la presión de aparentar estar bien frente a los demás.
¿Cómo abordar las autolesiones en adolescentes?
Sin duda, es complejo abordar las autolesiones en adolescentes. Este es un proceso delicado que requiere comprensión y apoyo. Aquí os sugiero algunas pautas para ayudaros a enfrentar dicha situación:
- Estableced un ambiente de comunicación abierto y sin juicios. Animad a vuestro adolescente a hablar sobre sus sentimientos y experiencias sin sentirse avergonzado/a.
- Brindadle apoyo emocional y aseguraos de que vuestro hijo o hija sepa que estáis ahí para ayudarle. Escuchad sus preocupaciones y miedos sin minimizarlos.
- Buscad la ayuda de un profesional de la psicología especializado en adolescentes. A menudo, los adolescentes pueden sentirse más cómodos hablando con un terapeuta experto en este tipo de problemas.
- Fomentad el desarrollo de habilidades para ayudar a vuestro adolescente a desarrollar habilidades y estrategias saludables para gestionar emociones abrumadoras. Desde luego, este es un trabajo que podéis asumir con apoyo del terapeuta
- Evitad castigar a vuestro/a hijo o hija por las autolesiones. En su lugar, debéis enfocar vuestros esfuerzos en apoyarle y comprenderle.
¿Os resulta difícil ayudar a vuestro adolescente con este problema? ¡Podéis contactarme!
Soy Mercedes Cimas, psicóloga clínica especializada en terapias para adolescentes y con más de 15 años de experiencia. Os ofrezco un enfoque integral para ayudar a los adolescentes que se enfrentan a las autolesiones y a diversos desafíos emocionales. Mi terapia tiene base en el apoyo emocional, la identificación de las causas que están detrás de las autolesiones y la enseñanza de habilidades para afrontarlas. Para ello, busco trabajar en colaboración con los adolescentes y sus familias.
Mediante una terapia breve en la que no es obligatorio que esté presente vuestro hijo/a, podemos abordar el problema de las autolesiones en adolescentes. Si seguís mis indicaciones, obtendréis resultados garantizados y le ayudaréis efectivamente a controlar las emociones que causan el comportamiento que he desarrollado a lo largo del artículo. Podéis contactarme para encuentros presenciales en mi consulta de Palma de Mallorca o por videollamada.